El equipo sufre hasta el final para llevarse una ajustada victoria

El Estadio Municipal Nelson Mandela nunca ha sido un campo sencillo de conquistar. Y la visita de este sábado volvió a demostrarlo. El Rugby Tarazona salió vencedor de Tudela, pero con una ventaja ajustadísima (10-11), conseguida con mucho sufrimiento y constancia apenas en el último cuarto hora del encuentro: entre el minuto 66 y el 71, un ensayo de Pablo Vela y un golpe de castigo pasado por Gabi Zueco enjugaron la ventaja que el Gigantes de Navarra había acumulado con sendos ensayos en el primer y el segundo tiempo.

El encuentro estaba llamado a ser una lucha por imponer el ritmo y estilo de juego que más convenía a cada equipo… y al Tarazona le costó mucho salirse de la dinámica de su anfitrión. El equipo tuvo de nuevo problemas parar conformar estructuras de juego de ataque que le dieran amplitud a su movimiento de la pelota. La tendencia fue la opuesta: rupturas y encuentros casi siempre demasiado cerca de los agrupamientos, un empeño que facilitaba la defensa del conjunto local; y pocas ocasiones en que esos movimientos ayudasen al equipo a pasar la línea de ventaja.

Los tudelanos anotaron su primer ensayo en el minuto 25 de partido. Gabi Zueco pasó un golpe de castigo a la vuelta del descanso, para rebajar la distancia. Pero el Gigantes volvió a apoyar ya en el 62. Con apenas 18 minutos por delante, el encuentro parecía lejos del alcance del Semi, que había acumulado hasta entonces mucha posesión de balón, pero poco efectiva. Manu San Claudio y Parra, desde la tercera línea, fueron los arietes más buscados para tratar de llevar al equipo más allá de la defensa local.

En ese tramo final del choque, sin embargo, el Rugby Tarazona encontró por fin la energía y el juego necesarios para ir al ataque y voltear el resultado. Al XV de Joao Henriques había regresado Pablo Vela tras su ausencia en los dos primeros encuentros. Su juego al pie ayudó mucho al equipo a situarse en territorio rival, con opciones de ataque próximas a la zona de marca. Y fruto de esa insistencia llegó el ensayo del propio Vela, que dejaba el marcador en un cerrado 10-8 para los locales y 14 minutos por delante.

Con los tudelanos ya sufriendo en esa fase del encuentro, el Semi encontró el premio de la victoria gracias a otro golpe de castigo que anotó Gabi Zueco en el minuto 71. En esta ocasión los curas sí acabaron el encuentro físicamente mejor que su rival y supieron abrochar el resultado hasta la conclusión del partido. Fue un triunfo por la mínima y con muchos aspectos todavía por mejorar. Pero triunfo al fin y al cabo: en el momento de necesaria progresión y mucho trabajo que el bloque de Joao Henriques aún tiene por delante, ganar en Tudela supuso, en todos los sentidos y más aún visto el desarrollo del partido, un auténtico alivio.